viernes, 29 de mayo de 2009

SONATA MÍNIMA A LA GRAN CIUDAD

Primer movimiento: Allegro

La ciudad te escupe en el rostro la basura
se viste en la mañana de hollín y de sonidos
trafica con las almas pobres y soñolientas
y con sus ojos rojos y titilantes
te recuerda a cada paso tu premura
La ciudad se desayuna de nimios accidentes
bebe las maldiciones sin azúcar ni crema
saborea el lamento de su tropa de esclavos
y los envía de prisa a oficinas y escuelas.
La gran urbe presume de follajes y trinos
de sol en cada vena, de fruta en cada esquina
peina sus cocoteros con brisas del Caribe
y lava las aceras con su aliento marino.



Segundo Movimiento: Adagio


Con sus atardeceres de polvo y de bullicio
la ciudad se prepara para la gran orgía
sumerge los deseos en un espeso enjambre
de música y de voces, de lágrimas y olvido
La ciudad se disfraza de puta y de travesti
cubre sus escaseces con rouge y lentejuelas
comercia con deseos a bajos intereses
y le devora el alma a aquel que se la entrega.
Con su espalda plagada de tablas, zinc y barro
la gran ciudad ignora a los pobres del mundo
mientras que con su cara de vallas y neones
anuncia a los pudientes las ofertas de turno.


Tercer movimiento: Andante

Llega la madrugada con su exhausto silencio
y la ciudad descansa –por fin- de su avaricia
vigila el sueño inquieto de su tropa incolora
pidiéndole a las nubes que barran su inmundicia.
Y con el sol naciente nos la escupe en el rostro
vuelve a vestirse entonces de hollín y de sonidos
comienza un nuevo día, enrojecen sus ojos
bailamos nuevamente con el mismo latido.

No hay comentarios: